Maximiliano fué el único emperador que vivió en Innsbruck,la capital del Tirol en Austria e hizo de ella su residencia oficial,lo que equivalía a convertirla en la capital del imperio.

En Innsbruck quiso construir uno de los monumentos más importantes de Europa y el mundo:su propia tumba imperial  pero desgraciadamente murió antes de su finalización.

El mausoleo en su parte exterior tenía 29 estatuas de bronce gigantes de unas  3 toneladas de peso cada una.

Durante la II Guerra Mundial las tuvieron que esconder en una mina de sal de la Edad Media, próxima a la ciudad, porque Hitler las quería fundir para fabricar cañones y munición de guerra.

El mausoleo tardó 82 años en su construcción,generando tantas  deudas al emperador que a su muerte las tuvieron que asumir sus nietos y biznietos para poder finalizarlo.

El endeudamiento fue tan descomunal que los habitantes de Innsbruck lo expulsaron de la ciudad,murió y fué enterrado en Viena y el mausoleo permanece vacío.