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Al norte de Europa, casi en el Polo Norte, se encuentra Islandia. Por su frío clima y su lejanía es un lugar poco conocido pero que tiene mucho que ofrecer. Debido a sus orígenes volcánicos es una tierra conocida por sus chorros de agua hirviendo o Geysers, pequeñas y grandes erupciones de agua dignas de ver.

Durante la travesía nos acompaña un paisaje verde aunque sin mucha vegetación solo pequeños grupos de pinos. Descubrimos sus platos típicos en nuestra parada a comer acompañados de una decoración que hace referencia a sus antepasados, los vikingos.

En el parque de Gulfoss visitamos sus cataratas y nos dimos un baño en sus baños termales mientras la niebla, la lluvia y el frío nos acompañaban. La zona rural es conocida por sus verdes praderas, sus granjas y sus animales. Algunos de estos animales, como los caballos, son usados como actividad turística.

Después de visitar el “Edén”,un invernadero con plantas de todas las zonas, llega el final de nuestro viaje en el Blue Lagun. El lago de aguas termales naturales donde nos dimos un baño para contrarresta el frío.