Madeira es un archipiélago perteneciente a Portugal que se encuentra en el océano Atlántico, entre las Azores y las islas Canarias. La capital es Funchal, la cual recorrimos por su típico adoquinado portugués. Allí también visitamos la única catedral de las islas donde los Jesuitas tuvieron una gran importancia. Coincidiendo con nuestro viaje tuvimos la oportunidad de disfrutar del Día de la Flor y de una feria de artesanía, donde pudimos conocer el bordado de la isla, muy importante para la economía y el cual se sigue realizando de manera artesanal.

Con un atractivo turístico cada vez mayor, son varios los cruceros que llegan cada día. La actividad por excelencia es el descenso de cestos, con más de 100 años de historia, aunque, antiguamente se usaba para el transporte de vino.

El 75% de la Isla es naturaleza, y, en ella nos adentramos para visitar el Pico de Areeiro, el pico más alto. En la zona visitamos un centro de interpretación cuyo objetivo es la recuperación de la flora y fauna autóctona. No podíamos dejar de conocer la Punta de San Lorenzo, el punto más al este de la isla.En Madeira se encuentra un cristo idéntico al de Lisboa y Brasil, con la peculiaridad que este esta orientado para proteger a los marineros.

La plantación de caña de azúcar es vital para la economía ya que de ahí se produce el ron. De manera tradicional siguen produciendo este licor tan representativo de la isla, como lo es también su gastronomía. De esta última dimos buena cuenta probando muchos de los platos característicos y con una materia prima de primera calidad.

Información    www.visitmadeira.pt